La Confinamiento ha conseguido pararnos y ponernos a pensar, a sentir, a imaginar, a valorar, a agradecer, a sentirnos humanos. El confinamiento nos ha puesto a pensar en nuestra manera de vivir: prisas, estrés, superficialidad, intolerancia a la frustración, sumisión a las pantallas, competitividad, ocupaciones inacabables, dependencias excesivas.
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