A raíz de la crisis del coronavirus, el día a día de la mayor parte de la población mundial ha cambiado radicalmente en un cerrar y abrir de ojos.
Si para nosotros adultos esta situación “inexperimentada”, como la nombró el filósofo español Emilio Lledó en una reciente entrevista, nos lleva a límites que nadie hubiera sospechado dos o tres meses atrás, para los niños/as el confinamiento es incluso más difícil. Están viviendo una situación muy extraña: no pueden salir, ni tener contactos sociales directos, no pueden disfrutar de la naturaleza, han sido sacados de su rutina y están enfrentando una amenaza invisible.
Confinados en casa, no saben qué hacer porque sus padres, si no salen por razones laborales y se pueden quedar en casa, están trabajando desde la computadora y no pueden ocuparse de ellos, pero los niños tampoco pueden estar con los abuelos porque estos suelen pertenecer a los llamados grupos de riesgo o vulnerables.
En estos momentos, la expresión plástica puede jugar un papel muy importante y ayudar a los pequeños/as a expresar sus sentimientos y, sobre todo, estando en casa ser creativos y quedar lejos del peligro que puede resultar de horas y horas pasadas delante de la pequeña pantalla.
En la historia podemos observar que el arte siempre ha jugado un papel como medio de comunicación no verbal y en las últimas décadas la terapia artística se considera una herramienta muy importante para varios trastornos, tanto psíquicos como físicos.
En los últimos días vemos que a través de los medios sociales de comunicación se ofrecen varias propuestas para utilizar el arte como “instrumento” de superación del COVID-19, como método de aliviar la cuarentena como alternativa de actividad solitaria, incluso a veces con la propuesta de que los niños/as dibujen el Coronavirus y sus sentimientos sobre lo que está pasando.
Leyendo todo esto me veo obligada a cuestionar algunas de las propuestas arriba mencionadas porque, aunque soy muy consciente de la utilización del arte como vehículo de expresión y de comunicación y también como terapia, pienso que tenemos que tener mucho cuidado en qué contexto lo utilizamos y lo aplicamos en estos momentos críticos como ayuda para los niños/as.
El arte puede suavizar la gravedad y el pánico que causa la pandemia en los niños/as pero no les puede curar los traumas causados por ella. Por lo menos no ahora ni con la ayuda de los padres.
Y voy a explicar mi desacuerdo con tales propuestas: desde mi punto de vista, y con todo el conocimiento y la experiencia que tengo en los ambientes en los que el arte se utiliza como terapia, diría que no es adecuado animar a los niños a dibujar o pintar la pandemia del COVID-19. Eso se podría hacer posteriormente y con la ayuda de un especialista que sabe cómo ayudar a los niños/as a enfrentarse a los sentimientos que se pueden manifestar en el desarrollo de una actividad de arte terapia. Un especialista sabe cómo manejar a un niño en estos momentos difíciles. Los padres o un hermano mayor lo más probable que NO. Y así podría ser peligroso provocar una cadena de sentimientos e inquietudes en el niño sin el apoyo necesario de un experto.
Si para nosotros mayores, seamos padres, seamos educadores, nos cuesta tanto conversar, escuchar y sobre todo pensar en lo que está pasando, si a nosotros nos resulta difícil distraernos del tema, imaginemos la necesidad que tiene un niño para salvarse, literalmente, del coronavirus, pero sobre todo de conservar su salud psíquica durante la pandemia.
Y estoy de acuerdo con los que dirán que los niños de todas formas tienen miedo, están asustados y seguro tendrán sentimientos y fobias y por lo tanto creo que el arte se puede utilizar para darles una alegría, para ocupar su tiempo libre creando, para darles una esperanza, para distraerles del tema de la enfermedad que seguro lo estarán escuchando en las conversaciones de los mayores, lo escucharán en los medios de comunicación, lo sentirán con el aislamiento y con toda el ansia de los mayores e, insisto, por todo esto no estimo prudente que se lo recordemos también con la actividad artística.
No existe ninguna receta mágica para todos porque también hay que pensar en los niños/as que no tienen las mismas oportunidades y medios ni para protegerse del contagio del Coronavirus, algunos ni siquiera pueden seguir el consejo del “quedateencasa” si su situación económica no les ofrece ni casa ni nadie que cuide de ellos.
Sin embargo, me gustaría proponer unas actividades artísticas para que los niños/as se distraigan y que viajen a través de la fantasía, lejos del bombardeo de las noticias de cifras de los contagiados y el número de fallecidos.
En primer lugar, me gustaría decir que los niños deben trabajar libremente con diferentes materiales que tengan a su disposición. Es primordial que los niños utilicen su imaginación y al mismo tiempo expresen sus sentimientos sin que los mayores intervengan excepto si los niños se lo piden. Los niños muchas veces no saben qué dibujar o por dónde empezar y en esta situación unas propuestas les serian útiles como punto de partida para la creación.
Una buena actividad se haría con la ayuda de la lectura de un cuento.
Los niños pueden escuchar la historia y dibujar o pintar una de las escenas, o retratar unos de los protagonistas.
También se les puede leer la historia solo hasta un punto y ellos pueden pintar el final como a ellos les gustaría que fuera.
En la misma manera podrían hacer cambios iconográficos en el cuento y así crear su propia historia.
Otra actividad que me gustaría proponer, y la cual he utilizado a lo largo de mi trabajo como arte terapeuta y he podido ver preciosos y emocionantes resultados entre una gran gama de participantes de todas las edades, es la ¨carta pictórica¨. Se trata de dibujar o pintar una carta para una persona con un mensaje. Esta actividad servirá a los niños/as como medio de comunicación con sus amigos, sus abuelos, sus parientes o cualquier persona querida.
Se podría aplicar todos los días y cada día se podrían dirigir a diferentes personas o las mismas personas con diferente mensaje.
También nos servirá a los adultos para expresarnos a través del arte y decir las cosas que no podemos o no pudimos expresar con palabras, puesto que la actividad artística es un medio de expresión y de comunicación no verbal.
Concluyendo me gustaría confirmar que el arte puede ser la vía que podemos escoger para caminar juntos hacia un futuro sano y alegre, hacia un futuro donde podamos ayudar a los niños/as a ejercer sus derecho, hacia un futuro en el cual podamos acompañar a los niños para que cumplan sus sueños, lejos de las pesadillas que estamos viviendo ahora.
Por último, estoy deseando a toda la familia de OMEP y a todos sus queridos salud y fuerza y espero que nos volvamos a ver pronto.
Un cordial saludo,
Maria Vassiliadou
Presidenta de OMEP Chipre
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