Pedagogía de la marioneta: el teatro de animación como herramienta significativa para la educación infantil temprana
El teatro de títeres no es solo una forma tradicional de montar una función, que se remonta a los orígenes del teatro, ni es un juego de la infancia que guardamos en las memorias más íntimas y familiares, sino que es una herramienta pedagógica que integra casi todas las formas de creatividad artística y ofrece muchas posibilidades para su aprovechamiento en la educación para la primera infancia.
El educador que trabaja con niños es, en general, el portador de una pedagogía práctica para la utilización de esta herramienta y sabe reconocerla como una poderosa aliada para una educación activa basada en el juego y la animación. Utilizar los lenguajes artísticos con fines educativos demuestra, de hecho, su profesionalismo y deja ver, en su práctica, la visión comunicativa-relacional, mediante la cual promueve y mejora la participación y la iniciativa del niño en todas sus formas de expresión.
Además, el educador selecciona y utiliza herramientas y materiales que tienen un gran componente simbólico, ya que son el medio para transmitir mensajes significativos y determinados culturalmente. Para él, valerse del patrimonio cultural, tanto tangible como intangible, implica activar un proceso de humanización durante el crecimiento normal de una persona que se encuentra dentro de una comunidad educativa.
Por esa razón, dentro de los servicios educativos, resulta útil, desde una perspectiva amateur, emplear objetos que se pueden animar, ya que promueven y facilitan la relación por medio del juego entretenido y estimulante, y también permiten la realización de una puesta en escena, ya sea individual o grupal. El momento de la función, como experiencia de comunidad, no debe ser esquivado o prevenido, sino que debe manejarse de manera tal que se desarrolle correctamente y con la protección necesaria, es decir, tan liberador como lo permita el potencial de los participantes.
El objeto animado, entonces, es mediador y facilitador de la relación dentro del sistema educativo, pero es, a su vez, una poderosa forma de evocar: es una figura simbólica que, debido a su esencia constitutiva, puede representar y, por consiguiente, expresar contenidos afectivos y emotivos. Asimismo, puede considerarse como un medio eficaz para transmitirle a otro nuestra historia de vida. El objeto, ya sea un títere, un oso de peluche o una muñeca, puede representar y contar nuestra historia de forma sencilla y con un lenguaje universal. En efecto, puede hacer esto sin exponer mucho al animador, por lo que es un instrumento que protege, pero que, al mismo tiempo, puede suscitar la participación y mejorar la comunicación.
El títere particularmente no es solo una herramienta para el teatro animado, sino que siempre ha pertenecido al mundo de los rituales y las ceremonias para evocar una aparición, para sugerir e inducir la intriga, para acompañar un mito o un cuento de hadas y darles vida. Es por eso que es una herramienta para que los narradores de cuentos representen la historia más fácilmente.
Sobre todo, es una herramienta de juego accesible, fácil de utilizar, que invita a la experimentación, a la práctica libre y al descubrimiento de una variedad de dimensiones de la creatividad. Además, está muy cerca al mundo del juego infantil y se caracteriza por su encanto intergeneracional: nos une en todas las edades y condiciones de vida, no solo en una visión en común de los shows dedicados a esta forma artística, sino por el esfuerzo colaborativo que lleva crear el juego imaginativo.
Este objeto, simple y esencial, que todo el mundo puede usar —y nos sorprende con sus múltiples funciones— expresa en esencia los símbolos y valores universales, y darles vida. De esta manera, constituye una herramienta indispensable para jugar a hacer teatro como una experiencia creativa amateur, que integra una multiplicidad de lenguajes para instar a las formas de expresión creativa.
Partiendo de una reflexión acerca de la pedagogía de los objetos, podemos elegir valernos del títere como un objeto educativo, cultural, entretenido y artístico, que es de interés tanto dentro del contexto educativo, para ser explorado libremente, como para un laboratorio más estructurado. La forma de este laboratorio con el teatro de títeres permite desarrollar una experiencia amplia y articulada, pero, al mismo tiempo, precisa en cuanto a sus objetivos: ofrece una interesante propuesta en la que se apunta a un trabajo tanto individual como colectivo para llegar a una creación artística y construir una socialización positiva. El educador participa como guía, ya que puede canalizar el trabajo del grupo, comenzando por las propuestas individuales y dando lugar a los procesos de descubrimiento y realización, y luego dar espacio para la expresión y participación, sin invadir este proceso.
Los participantes más jóvenes pueden realizar una serie de actividades que consisten en experiencias de manualidades creativas para armar el títere (la cabeza, las manos, el vestuario y el mecanismo para la animación) y para el telón de fondo. Otras actividades son de movimiento, es decir, la coordinación con el ritmo, la propiocepción y las experiencia musicales para desarrollar la sensibilidad en esta área. Las experiencias expresivas y de animación tienen que ver con la práctica de dar vida al títere (el movimiento, el discurso y la interacción) y los experimentos para caracterizarlo. Por otro lado, las actividades imaginativas y de narración se valen de recuperar los cuentos tradicionales, asignar personajes, inventar las partes faltantes y practicar la narración de cuentos. Por último, pueden realizar actividades de dramatización y puesta en escena, como desarrollar una función basada en una historia que se elija, con una práctica que combina la animación de títeres con la interpretación de sus narradores.
EN ITALIANO, LA PALABRA ‘BURATTINO’ SE USA PARA IDENTIFICAR UN TIPO ESPECÍFICO DE TÍTERE QUE COBRA VIDA CUANDO EL ANIMADOR METE LA MANO EN LA VESTIMENTA DEL PERSONAJE Y PONE LOS DEDOS EN SU CABEZA Y BRAZOS. OTRA VARIANTE DE ANIMACIÓN MEDIANTE UN SISTEMA DE “VARILLAS”.

Corbucci es educador de la primera infancia e investigador y formador sobre el uso de experiencias artísticas y culturales en la educación y el cuidado; en particular, es un experto en el teatro de marionetas. Enseña Pedagogía de los Servicios de la Primera Infancia en la Universidad La Sapienza de Roma y es consultor científico de la mayor federación de teatro italiana. Desarrolla su investigación a partir de la práctica educativa con niños pequeños: en la que promueve los lenguajes y herramientas de las artes para la expresión – contar historias, cantar, bailar, animar – como momentos altamente formativos para la naturaleza humana en el transcurso de su educación. .
Me interesa poder participar en algun curso – taller de titeres o seminario.
Soy educadora de parvulos ytrabajo ensectores vulnerables.