Pensar cómo involucrar a las familias en la educación de sus niños – Odet Noa Comans

Apuntes de la experiencia cubana y aprendizajes del último año.

Les invito a que lo primero que hagan, cuando lean este texto, sea preguntarse: ¿Por qué es esencial la preparación a la familia para una atención educativa de calidad? y lo que es todavía más importante: ¿Qué necesitamos en la actualidad para que las familias se involucren más y mejor en el desarrollo de los niños? ¿Era necesaria una pandemia para dar a las familias su rol educativo?

Está demostrado que los primeros aprendizajes de vida ocurren a partir de las influencias familiares. En Latinoamérica un rasgo constitutivo de la educación de la primera infancia es el lugar central que ocupa la presencia de las familias, generando lazos complementarios a la acción del sistema educativo, con fuerte diálogo con las tradiciones y características culturales de las distintas comunidades (Mayol Lassalle, Marzonetto y Quiroz, 2020). 

Los niños que participan en una modalidad educativa de calidad, fortalecedora de dichos lazos, suelen ser los más enriquecidos. Por ejemplo, la experiencia intersectorial desarrollada en Cuba muestra que, en la modalidad familiar, los niveles de desarrollo infantil que se alcanzan son mayores.

Según las estadísticas oficiales del Ministerio de Educación (MINED), el 99,5% de los niños cubanos entre 0 y 6 años de edad asiste a un programa o una institución de educación temprana. Más allá de la educación, Cuba aplica un enfoque holístico para el desarrollo en la primera infancia, proporcionando un sistema de servicios integrados a niños menores de 6 años y sus familias, que tiene como objetivo promover el mejor comienzo en la vida a toda la población infantil, y el máximo desarrollo del potencial de cada niño a escala nacional. Cuba se ha destacado en la región por el mayor número de acciones intersectoriales desde el momento en que la mujer queda embarazada hasta la entrada del niño en la educación primaria (Siverio, 2016). 

El Sistema Educativo de la Primera Infancia tiene un alcance nacional, es gratuito y no obligatorio. Se estructura en dos alternativas de atención educativa: la institucional, con los círculos infantiles y el grado preescolar de la escuela primaria y la no institucional, con el programa “Educa a tu hijo”. El objetivo ha sido siempre garantizar y mantener la mayor cobertura de atención de calidad, como política de estado. 

Ambas modalidades son supervisadas, planificadas y viabilizadas por la Dirección Nacional de Educación de la Primera Infancia del Ministerio de Educación cubano y responden a un currículo que fomenta cinco dimensiones de educación y desarrollo: social-personal, comunicación, estético, motor y relación con el entorno.

El programa de Atención Educativa cubano “Educa a tu hijo” tiene características muy interesantes que, ajustadas a la actualidad y contextualizadas en los diferentes países, puede servir de referencia para el desarrollo de buenas prácticas en primera infancia. Con un carácter intersectorial, comunitario y con la participación decisiva de la familia tanto para zonas urbanas como rurales, atiende a la mayor parte de la población infantil cubana, con un 69.05% de cobertura (Pedagogía, 2021).

Vale destacar que la experiencia de dicho programa ha sido exitosa. Esto debido, en gran medida, a que ha estado basada desde sus inicios en la investigación científica. En este sentido y siendo coherentes, se incorpora la investigación sobre el uso de las tecnologías en las primeras edades. En tanto, nuestros niños nacen en un mundo totalmente mediático. 

Especialmente en Cuba se desarrolla, durante la última década, un proceso de digitalización e informatización de la sociedad en el que los miembros de las familias tienen mayor acceso a las tecnologías y necesitan conocer cómo sacarles el máximo provecho educativo.

Antes del año 2020 los resultados de informes de investigación indicaban que el consumo de medios de comunicación en la infancia era alto y ocurría en edades más tempranas cada año (CELEP, 2017).

Durante el año 2020 y lo que va de 2021, tiempos de pandemia, la familia ha tenido que ser la protagonista absoluta del cuidado y también de la educación de los niños. En Cuba y en el mundo entero, madres y padres reinventaron y duplicaron esfuerzos para lograrlo. 

Se ha fortalecido una tríada que ya existía, pero de la cual no éramos muy conscientes: familia-niño-pantallas. Algunos pueden pensar que incluir las pantallas es algo dañino, perjudicial y nefasto para el desarrollo infantil, pero lo cierto es que se usan, muchas veces desmedidamente, sin límites. 

El punto de partida es entender que en el hogar, si la familia está bien orientada, se puede influir en el uso de los medios de comunicación, pues es donde ocurre la mayor parte del consumo. Por lo cual, las relaciones de mediación parental son extremadamente importantes para poder conducir la educación y el desarrollo infantil a buen puerto. 

Obviamente, cada familia tiene sus particularidades y desarrolla más o menos sus mediaciones. Estas mediaciones van desde las más activas hasta las más restrictivas. Se refieren esencialmente a cómo guiar la selección de contenido en los medios dirigido a los niños; la gestión del tiempo de consumo; cómo prepararse para experiencias negativas (es decir, frente a contenidos para adultos), y también para experiencias positivas, a partir de la interpretación de los mensajes recibidos de los medios. Si enseñamos a las familias a realizar mejores mediaciones les estaremos involucrando más en su rol educativo.

Lo más importante es que, en esta tríada familia-niño-pantallas, los adultos del hogar realicen mediaciones adecuadas. Para ello, deben desarrollar relaciones de colaboración y diversión, a partir de los contenidos de los medios,  teniendo en cuenta los límites en el tiempo de consumo y los contenidos para cada edad. 

Así propiciar que los niños se hagan preguntas, cuestionen lo que ven, también que escuchen y aprendan a disfrutar una historia audiovisual tomándose el tiempo que necesiten para entenderla, y que luego en otras actividades puedan hablar libremente de sus personajes preferidos o de lo que quieran. Es fundamental que sepan que los adultos les escuchamos, les respondemos, estamos presentes.

Como ya he dicho, yo prefiero las mediaciones que enriquecen la comunicación familiar y los aprendizajes conjuntos: son las que ven al niño en el centro, con sus necesidades e intereses. Esas que piensan en su máxima estimulación posible, que lo conducen a niveles superiores de independencia y le van formando como un ser humano crítico, reflexivo, creativo, las que tiran de su desarrollo. Si hay que involucrar las pantallas, que sea desde esta perspectiva. 

Referencias:

CELEP. (2017). Acercamiento de los niños, las niñas de la primera infancia y sus familias    a una cultura audiovisual. La Habana: Informe oficial de resultados de investigación del Ministerio de Educación de Cuba.

Mayoll, M., Marzonetto, C., y Quiroz, A., (2020). La Educación Inicial en los Sistemas Educativos Latinoamericanos para los Niños y Niñas de 3, 4 y 5 años. Análisis comparativos de políticas de primera infancia. Buenos Aires: Publicación oficial del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de la UNESCO. 

Siverio (2016). Early Childhood Development in Cuba. UNICEF Oficina Regional para América Latina y el Caribe. Disponible en inglés y español: https://www.unicef.org/cuba/media/591/file/early-childhood-development-cuba-2016.pdf    http://es.iipi.cl/documentos_sitio/1168_IIPI-000078_El_desarrollo_de_la_primera_infancia_en_Cuba_.pdf

Noa Comans. Psicóloga. Profesora e investigadora en Educación y Desarrollo de la Primera Infancia. Se ha desempeñado como profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y en la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” en La Habana, Cuba. Ha sido asesora técnico docente del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar (CELEP). Es Vicepresidenta del Comité Cubano de OMEP. Su enfoque principal en la investigación es el rol de la familia en la educación de la primera infancia, así como las mediaciones parentales en torno a los medios de comunicación y el efecto que tienen en el desarrollo de niños y niñas. Cuenta con publicaciones nacionales e internacionales y desarrolla su tesis de doctorado en esta temática, en la Universidad de Deusto, España. 

1 Comment:

  • Mercedes MAYOL LASSALLE / Responder

    He tenido el privilegio de ver en acción las propuestas cubanas para la atención y educación de la primera infancia. Gracias Odet por tu articulo que nos informa tan integralmente.

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