La catástrofe sanitaria actual obliga a enfrentarse a la realidad, a reubicar las ciencias en la vida cotidiana, a desarrollar la curiosidad por el mundo que nos rodea.
La ciencia produce avances pero la utilización de sus descubrimientos también puede provocar nuevos riesgos.
Genera preguntas relevantes para la sociedad, pero cargadas de controversias e incertidumbres.
La duda es el motor en ciencias: dudar de las certezas para intentar resolver estas controversias, aunque también desconfiar de las intuiciones como lo muestran las ciencias cognitivas. Es necesario “Aprender a resistir” (Olivier Houdé *1), pensar en contra del cerebro, de las propias intuiciones, para razonar de forma justa.
La necesaria confrontación y cooperación con los pares, niños o adultos, crea una reflexión personal y a la vez colectiva, que puede cuestionarse o refutarse en todo momento.
Estudiar ciencias exige creatividad, perseverancia, espíritu crítico y cultura del riesgo con posibilidad de cometer errores. Cuando el error es dominado, la emoción, al principio negativa, se transformará en la alegría del descubrimiento y el placer de aprender. El error reconocido y compartido hace progresar el conocimiento.
Por esta razón, es fundamental la implementación de una enseñanza activa que comience a una edad temprana por medio de una pedagogía de investigación.
El método recomendado se basa en diferentes fases de reflexión, observación, modelización, investigación documental, encuesta a expertos, entre otras, que permiten validar o no las propuestas de solución al problema planteado. Su síntesis permite estructurar el saber construido en respuesta a esas preguntas, confrontarlo al saber establecido, para luego reutilizarlo en una nueva situación.
El lenguaje y el razonamiento son primordiales y permiten la adquisición de conocimientos y competencias para ver el mundo de manera objetiva y clara.
Las preguntas complejas implican la necesidad de contar con interdisciplinariedad y, para ello, la necesidad de contrastar conocimientos y competencias propios de cada disciplina. Las diferentes encuestas e investigaciones sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible realizadas por la OMEP (*2) desde 2009 así lo demuestran. Otro ejemplo de una herramienta común a todas las disciplinas es el lenguaje matemático. Es a través de la observación de situaciones concretas relacionadas con la vida cotidiana que la utilid de esta herramienta tendrá sentido para los niños.
Estas preguntas complejas no tienen una única respuesta. El debate es necesario para la toma de decisiones. Por lo tanto, es necesario valerse de una educación que promueva la elección, el espíritu crítico y la organización de debates de carácter filosófico y ético, como lo recomienda principalmente la asociación AGSAS (*3).
Un enfoque de la historia de las ciencias con relatos de aventuras científicas puede atraer a los estudiantes, abrir un abanico de posibilidades hacia los empleos del futuro. Es necesario alentar e impulsar a las niñas para que se interesen por las matemáticas, la física y las nuevas tecnologías.
Los métodos científicos son diferentes de los métodos de aprendizaje. Los niños son alumnos no investigadores. No harán descubrimientos científicos pero deben aprender a utilizar este método de reflexión y de investigación. Es un método reflexivo que recurre a inteligencias múltiples y a la inteligencia colectiva. Se trata también del placer de aprender, de razonar, de experimentar en conjunto, de compartir valores y actitudes.
Para los profesores, la implementación de este método requiere una formación adecuada, un trabajo en equipo que dedique un tiempo de concertación fuera de clase, una factible descompartimentación entre clases. Un acompañamiento por parte de los capacitadores o de la comunidad científica de investigadores y de ingenieros que trabajen en laboratorios o empresas locales daría a conocer una ciencia viva y compartida. De esta forma, los profesores conocerían mejor la pluralidad de actores, su trabajo de equipo y sus confrontaciones de ideas, sus intercambios y regulaciones, sus fracasos y éxitos.
Es necesario desarrollar una enseñanza de las ciencias para todos desde edades tempranas, con las bases indispensables de los saberes científicos y el rigor del razonamiento, que nuestros estudiantes necesitarán el día de mañana, combinando a la vez razón e imaginación. Esto depende de las orientaciones y decisiones de las políticas educativas implementadas por los Estados.
“Las Ciencias permiten instituir la Humanidad” (Yves Quéré *4)
¡Pensemos aprendizajes científicos para una ciudadanía científica iluminada y vínculos sociales pacíficos para los futuros ecociudadanos del mundo!
Referencias:
*1 Olivier HOUDÉ: Profesor en la Universidad de París, miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas del Instituto de Francia, autor de numerosos libros, entre los que se destacan L’Esprit piagétien (PUF, 2000), L’Inhibition au service de l’intelligence (PUF, 2020) y Apprendre à résister (Pommier, 2014).
*2 OMEP: Educación para el Desarrollo Sostenible: https://omepworld.org/fr/education-pour-le-developpement-durable-edd/
*3 AGSAS (Association des Groupes de Soutien Au Soutien): creada en 1993 en París, a partir de la iniciativa del psicoanalista Jacques LEVINE; talleres AGSAS: https://www.agsas.fr/ateliers-arch/atelier-philo/
*4 Yves QUÉRÉ: físico francés, miembro de la Academia de Ciencias, uno de los fundadores, junto a los Académicos de las Ciencias Georges CHARPAK y Pierre LENA, en 1995, de la La main à la pâte, fundación para la renovación de la enseñanza de las ciencias en la escuela y su difusión a nivel internacional: https://www.fondation-lamap.org/

Danièle Perruchon – Es presidenta del Comité Francés de la OMEP desde 2012 y representante de la OMEP en la UNESCO desde 2016.
Posee formación universitaria en ciencias. Es docente de jardín de infantes y capacitadora en ciencias y educación para el desarrollo sostenible en la Academia de París y en la fundación La main à la pâte, siempre involucrada en la cooperación voluntaria. Está muy comprometida con la causa de todos los niños del mundo a través de acciones locales, nacionales y mundiales de la OMEP y respalda la promoción de la defensa de los derechos del niño, su socialización y su crecimiento, así como el acceso a la educación y los cuidados de calidad para todos desde edades tempranas.
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